La senadora bonaerense Flavia Delmonte y dos asesores están siendo investigados por una presunta defraudación a la administración pública. La Justicia sospecha que nombraban gente en el Senado a cambio de un “retorno” de sus sueldos. Una testigo denunció esta trama y dio una entrevista en el programa Somos Buenos en marzo.
Flavia Delmonte, oriunda de Mar de Ajó, es senadora por la quinta sección electoral e integrante del bloque UCR-Cambio Federal de la cámara alta. El fiscal de Dolores Mario Pérez la investiga por un presunto esquema ilegal de contrataciones con dinero de la Legislatura que tiene similitudes al del “caso Chocolate”, pero esta vez con contratados que viven en ciudades de la costa atlántica y que sí habrían percibido parte de los sueldos liquidados en su nombre.
El juez de Garantías de Villa Gesell David Leopoldo Mancinelli hizo lugar al pedido de desafuero requerido por el fiscal en marzo. Luego hubo recursos presentados por la defensa de Delmonte, pero la cuestión quedó firme con un fallo de la Cámara de Dolores que desestimó esos recursos.
Ahora el juzgado de Garantías N° 4 de Dolores, a cargo de Diego Olivera Zapiola, ofició al Senado para que comience a tratarse el desafuero.
Yanina Tamara Arce es una ciudadana de Mar de Ajó que en 2021 denunció esta historia y anoche dio una entrevista a Somos Buenos. “Me propone trabajar con ella en el local del centro vecinal de Villa Clelia, donde yo vivo, en el partido de la Costa. Yo estaba pasando por una enfermedad, me ofrece trabajar con ella, ponerme en blanco en el Senado, y me daba la obra social [IOMA] y los aportes jubilatorios”, contó, con referencia a la senadora Delmonte.
“Yo la obra social la necesitaba, accedí y le dije que sí. Viajé con ella a La Plata, firmé contrato, habilité la cuenta en el banco”, sostuvo la denunciante, que quedó incorporada a la planta temporaria del Senado. La condición era que, de su sueldo, que en 2019 era de $31.000, solo le corresponderían $10.000.
Ese efectivo “siempre se lo entregué a Razinoff”, sostuvo Arce. Se refiere a Kevin Alan Razinoff, un asesor de la senadora que hoy está imputado. También es oriundo de Mar de Ajó y en el Senado se desempeña como relator de la comisión de Comercio Interior, Pymes y Turismo.
En el centro vecinal existía una contraprestación real. “La gente se acercaba a pedir ayuda, obviamente por votos. Porque nosotros teníamos que tomarles todos los datos. Nos han pedido que pidamos documentos para poder afiliar”, contó la denunciante, aunque aclaró que ella no salía a militar a la calle.
Tiempo después, su salud se deterioró, tuvo que ser internada y dejar de trabajar. Siempre, según su testimonio, de ahí en adelante la senadora le pidió que devolviera su tarjeta de débito y ella le pidió que la diera de baja, pero lo segundo no ocurrió.
“Ella se acerca a mi casa y me pide la tarjeta de cobro: o sea, yo no le servía. Yo le entrego la tarjeta y ella se aumenta el sueldo de una manera abismal y empieza a cobrar hasta abril de 2020, más o menos, justo en la pandemia”, contó Arce a TN. “Mi hijo quería sacar un IFE y le decían que no se puede por el sueldo que tenía yo”, agregó.
Arce relata que también le bloquearon el acceso a sus recibos de sueldo –cruciales para trámites que iban surgiendo por situaciones de salud delicadas– mientras se seguía depositando dinero en la cuenta a su nombre. En determinado momento, después de muchas tensiones por los recibos, la senadora “se comunica telefónicamente, preguntándome con qué derecho me creía para hacer semejante cosa, quién creía que era yo para ir a buscar mi recibo al Senado. Me hizo echar como un perro”, relató la mujer a TN.
Según la denuncia que origina esta causa, con su cuenta bancaria se hacían extracciones y transferencias, y hasta se solicitó un préstamo. También habría existido un usuario de homebanking para la cuenta de Arce, que manejaban otros. El usuario era “Flavia Delmonte 2015″. Esto surge de la denuncia original, donde Arce relata los trámites que hizo para darse de baja de este circuito y también para hacer algunas extracciones con lo que quedaba en la cuenta, para comprar remedios.