A pesar de las amenazas de multas, solo uno de cada
cuatro comercios relevados en la Avenida Rivadavia, que atraviesa el
centro de La Rioja, acepta los "Chachos", la cuasi moneda que el
gobierno provincial lanzó para no acatar las políticas de austeridad del
presidente Javier Milei.
Conocidas popularmente como "Chachos", estas
cuasimonedas fueron entregadas por la provincia, gobernada por el ultrakirchnerista
de Ricardo Quintela, a empleados estatales para "contrarrestar"
la caída del consumo en un contexto recesivo. El primer pago se realizó a
mediados de agosto, y el segundo comenzará el 20 de septiembre.
El encargado de uno de los pocos comercios que si
aceptan Chachos, que se dedica a la venta de baterías para autos, mencionó que
el gobierno provincial lo obligó a ofrecer descuentos a quienes
paguen con esta cuasi moneda.
A pesar de esto, la mayoría de los comercios se
muestran escépticos. Entre los motivos que mencionan los comerciantes riojanos
están la burocracia, ya que deben abrir una cuenta en el banco
provincial, y la falta de aceptación por parte de los proveedores.
Otro argumento es la desconfianza respecto al
rescate anticipado que ofrece este instrumento. Los comercios pueden cambiar
los bonos por pesos argentinos, y el gobierno debe acreditar ese cambio en un
plazo de 48 horas, pero los comerciantes aseguran que esto ha tenido
demoras.
El principal uso de los Chachos que recibieron los
empleados estatales en agosto, y que volverán a recibir en septiembre, son
para pagar servicios e impuestos, ya que las empresas de luz,
agua e internet son del estado provincial.
Una situación similar ocurre con el TLCAN. En las estaciones
de servicio se observó que no hay un patrón uniforme de aceptación:
mientras que una estación de YPF no los aceptaba, una de Refinor sí.
Además, en los comercios que aceptan "Chachos",
pueden existir condiciones. Un kiosquero afirmó que no recibe más de
$100,000 Chachos por semana. "¿Qué hago después con todo eso?",
se cuestiona. Además, es común no dar vuelto; el pago debe ser
redondo: $1.000, $2.000, $5.000, $10.000, $20.000 o $50.000.
Los datos de consumo de agosto no son alentadores. Según la
Cámara de Comercio y Servicios de La Rioja, el sector de alimentos y bebidas
cayó un 17.42% respecto al mes anterior, lo cual atribuyen a
los bajos salarios. La Rioja tiene la mayor proporción de empleo
público en la población ocupada, con un 44%, muy por encima del promedio
nacional de 19.6%, y un salario formal por debajo de la media.
"Los efectos
monetarios negativos derivados de una emisión excesiva de bonos locales pueden
resultar en una combinación de mayor inflación por la emisión de dinero y la
devaluación de los papeles, lo que implica emitir títulos públicos por encima
de su demanda", advirtió Marcelo Capello, economista jefe de
IERAL, en un informe.
El jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos,
afirmó que la situación financiera de la provincia no se debe a un ajuste
en los fondos transferidos, sino a desmanejos del gobierno provincial: "El problema de La Rioja
no es la disminución de las transferencias presupuestarias, sino el manejo de
sus cuentas públicas".