Claudia Sheinbaum, la nueva presidente socialista de México, asumió
su cargo sin la presencia del rey de España, Felipe VI. No fue invitado a la ceremonia de juramentación debido
a su negativa a "disculparse" por la invasión
y conquista del imperio azteca por parte de España hace más de
500 años.
El conflicto diplomático se originó en 2019, cuando el
entonces presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió
una carta a Felipe VI instándolo a ofrecer disculpas.
López Obrador calificó la conquista de "extremadamente
violenta, dolorosa e injustificable" y añadió: "México desea que el Estado español
reconozca su responsabilidad histórica por estos hechos y ofrezca las disculpas
o reparaciones políticas correspondientes".
El rey Felipe nunca respondió a esa carta. En
2022, López Obrador sugirió que España debía "aprender" a
"respetar a México" en lugar de tratarlo como una excolonia.
Antes del cambio de administración, el expresidente mexicano,
en su habitual conferencia de prensa, leyó nuevamente la carta enviada
hace cinco años, afirmando que la falta de respuesta por parte de Felipe VI
reflejaba una "arrogancia desmedida".
Sheinbaum sigue la misma postura. Tras
ganar las elecciones declaró que "España debe pedir perdón". Uno de los
ministros de Sheinbaum propuso la idea de una "ceremonia de expiación" para "restablecer
las relaciones con España".
En el pasado, Felipe VI, tanto como príncipe como en su papel
de rey, asistió a las tomas de posesión de presidentes mexicanos.
Sin embargo, en esta ocasión, dejó en manos del presidente español, Pedro
Sánchez, la tarea de pronunciarse sobre la decisión de México de no
invitarlo.
Sánchez lamentó que las relaciones entre dos gobiernos progresistas se hayan deteriorado
tanto y confirmó que, debido a la "exclusión inaceptable e inexplicable
[del rey Felipe]... no habrá representantes del gobierno español en la
ceremonia".
"España", comentó Sánchez, "considera
a México un país hermano... Sentimos una gran frustración por no poder
normalizar nuestras relaciones".
Sánchez también insinuó que los políticos mexicanos están
utilizando este enfrentamiento con España como una distracción de los
problemas internos del país.
Varios políticos de
izquierda presentes en la asunción de Sheinbaum calificaron a Felipe de
"arrogante" por no disculparse con México
"por los abusos" cometidos durante la conquista (hace
más de 500 años) y señalaron que el rey ahora está "pagando el
precio" por su "falta de habilidad diplomática".
Lógicamente, muchos españoles comparten la idea de
que asumir la culpa por eventos ocurridos hace más de
500 años es algo que no tiene sentido, y lo califican como un
"fraude emocional".
Además, algunos señalan irónicamente que los apellidos
españoles de López Obrador sugieren que él mismo podría ser
descendiente de un conquistador.
En España, también
generó sorpresa que, mientras el rey Felipe fue excluido por no
disculparse por acciones de hace siglos, Vladimir Putin,
responsable de una invasión mucho más reciente, sí fue
invitado.