En medio de las fricciones de cara a las elecciones del Partido Justicialista (PJ), el diputado nacional Máximo Kirchner decidió salir a hablar este viernes, respondió los dardos que le llegan desde el entorno de Axel Kicillof y negó un intento de “limar” al gobernador, a quien apuntó directamente.
Incluso indicó que le hubiera gustado que Kicillof fuera el candidato del peronismo para presidente en 2027, pero que ahora lo tiene que “reevaluar”. Según el dirigente de la Cámpora, era “muy fácil” decidir entre Cristina Kirchner y Ricardo Quintela a nivel partido, mientras que el mandatario bonaerense no optó y además, según su planteo, desde la gobernación buscaron votos para el riojano, que lidera la otra línea para la interna.
Además, el hijo de la expresidenta envió un dardo directo a la Provincia cuando, con ironía, comentó que algunos deberían tener un “sindicato de dirigentes políticos” por tantas quejas. Desde La Cámpora en los últimos días le achacaban a Kicillof una especie de “victimización”.
Seguro de que Cristina Kirchner tiene que ser la presidenta del partido, el diputado indicó de cara a la elección que se hará el 17 de noviembre: “Que vote la gente es lo que más entusiasma. Si hay que ir a votar, se votará. Los que estén convencidos de que Quintela es una salida para el peronismo, irán detrás de Quintela, un hombre de 66, 67 años”. Entonces, sin dudar, respondió “sí” cuando en Radio 10 le consultaron si el entorno de Kicillof está tras los votos para el riojano, pero evitó ahondar sobre si eso implica una traición.
“No se hacen esas cosas, no está bien, tenés que tener motivos políticos y tienen que ser ciertos. No les va a salir bien esto”, advirtió minutos después contra Kicillof.
Sobre este punto, Kirchner señaló que hasta el 17 de octubre pensaba en Kicillof como un presidenciable de cara a 2027, pero que esa percepción ahora cambió. “Yo soy de los que entendía que Axel tenía que ser candidato a presidente el año pasado, que la Provincia se iba a ganar y que Axel podía ser candidato a presidente, de hecho Sergio [Massa] también pensaba eso. Aún a costa de perder. Si perdía Axel la elección, lo que venía para gobernar era esto [por Milei] y teníamos a alguien, gobernador de la Provincia, explicando [como oposición] lo que queríamos hacer. Más temprano que tarde iba a pasar: te toca perder una para ganar la otra. Hay algunos que no están acostumbrados a rasparse y perder, para después ganar”, le reprochó a Kicillof, que prefirió ir por la reelección, a quien le endilgó “inventar malos tratos”.
Convencido de que el mandatario bonaerense se tendría que haber volcado hacia la candidatura de Cristina Kirchner para el PJ, y no quedarse en la idea de “unidad”, el diputado nacional lo chicaneó. “‘Si yo la apoyo, voy a ser sumiso; si no la apoyo...’. Flaco, hablá con alguien, esto es así, si uno va a ver cómo queda uno... no, flaco, estás equivocado”, sentenció, directo contra el gobernador pero sin nombrarlo.
“¡Quién puede decir eso!”, exclamó antes, cuando le preguntaron por una supuesta mala intención de él y los suyos contra Kicillof. En su caso, indicó que preferiría que le dijeran cuándo y dónde hubo actitudes de este tipo, y remarcó la colaboración del camporismo tanto en el Gabinete provincial (donde tienen ministros) y en la Legislatura bonaerense.
“Se generan situaciones y contextos que tienen que ver más con mezquindades políticas que con realidades. Uno asiste y ayuda en lo que puede. Todo este tema no lo entiendo, claramente no. Nunca me sorprende el debate y la discusión política, me sorprende que digan que se lo está limando, alguien, no sé quien [lo dice], nunca termina de estar muy claro, como hay un método político del off the récord, de operar sobre sectores del periodismo más permeables al off o que lo utilizan como insumo...”, comentó, contra el círculo de confianza de Kicillof.
En ese sentido, dijo -sin especificar quiénes- que hay operaciones sobre su forma de entender la política, “que no es andar en los medios todo el día”, e insistió: “Limar significa un método constante, diario, todos los días, tiki-tiki. Si uno lee o ve algunas cosas... yo no estoy todo el día arriba de eso, es al revés el esmerilamiento”. Con esto último quiso decir que los achaques son en realidad hacia él. “Todo el santo día y el peronismo lo sabe”, indicó, sobre esas críticas que aseguró le dirigen.
En eso, Kirchner sacó a relucir un encuentro que tuvo La Cámpora con el sector de Kicillof y ahí fue cuando se refirió a una situación en la que el mandatario prometió una cosa e hizo otra. “Hemos ido antes de que el gobernador viaje a Italia a ver al Papa. Nos juntamos. Estaban Wado [de Pedro], [Mariano] Recalde y Lucía Cámpora. Y nos esperaban para un almuerzo muy rico [Carlos] Bianco, Agustina Vila, Axel y [Andrés] Larroque. Y estuvimos ahí, terminó la charla, con idas y vueltas, y el gobernador dijo: ‘Apenas vuelvo de Italia los llamo’. Y no [llamó]”, contó.
“Entiendo que también tiene sus tareas, tiene una responsabilidad enorme”, acotó después sobre esta falta de comunicación, en lo que pareció una chicana, aunque aseveró: “Si no llamó, está todo bien, no soy una persona que si no me llaman durante un mes me pongo…”.
Entonces, Máximo Kirchner indicó directo contra sus detractores, que se quejan por los métodos del cristinismo y La Cámpora: “Hay gente que está más para el sindicato de dirigentes políticos. ‘No me tratan bien’. Tendrían que tener un secretario general para el sindicato de dirigentes políticos. ‘No me llaman, no me llamó'. Yo soy más despojado. Tenemos un objetivo y a mi entender sigue siendo el mismo, me muevo bajo esos márgenes. Cómo podemos funcionar más y mejor es siempre discutible”.
Mientras que en la provincia de Buenos Aires una parte de la política reclama mayor peso en la organización de las listas, ya que le achacan al diputado nacional cerrar con la gente que él quiere, el líder de La Cámpora negó en su momento haber impulsado al exjefe de Gabinete bonaerense y exintendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde -quien era su socio político hasta que se armó el escándalo con las fotos con Sofía Clerici en el Mediterráneo-, para vicegobernador, cuando Kicillof iba para la reelección. “Todo mentira”, sentenció. En ese entonces esa versión fue una forma de mostrar que el hijo presidencial quería seguir interviniendo el gobierno de la Provincia.