El fiscal federal Ramiro González pidió este lunes que se cite a declaración indagatoria al expresidente Alberto Fernández en la causa por presuntos golpes y amenazas a la ex primera dama Fabiola Yañez. La fiscalía encuadró los hechos en delitos tan graves que exponen al expresidente a ser condenado a una pena máxima de 18 años de prisión.
González le imputó a Alberto Fernández dos lesiones leves doblemente agravadas por haber sido cometidas mediante violencia de género y contra su entonces pareja; una lesión grave por el debilitamiento permanente de la salud de la ex primera dama -también doblemente agravada- y coacciones para que Yañez no denunciara los hechos de violencia ante el juez federal Julián Ercolini.
Si Ercolini hace lugar al pedido del fiscal, esta será la segunda indagatoria que deberá afrontar Fernández, ya que el propio Ercolini lo citó a declarar el 20 de noviembre como acusado en la causa por el presunto fraude con los seguros del Estado. En ese expediente el fiscal es Carlos Rívolo.
En un escrito de mas de 160 páginas, el fiscal González detalló ayer las pruebas reunidas en la causa por violencia de género y afirmó: “El análisis de toda la prueba reunida en el caso permitió acreditar que el expresidente Fernández ejerció distintos tipos de violencia contra su pareja, prácticamente, desde el inicio de su relación”. El fiscal señaló que hay episodios de violencia psicológica, física y económica, según las definiciones de la ley 26.485, de Protección Integral a la Mujer.
En su presentación, González hizo alusión a “un contexto de violencia de género signada por la particular relación asimétrica de poder” entre la víctima y su agresor, y dijo que se detectaron estas situaciones por lo menos desde 2016 hasta que se formalizó la denuncia.
“Alberto Fernández ejerció de un modo sistemático violencia psicológica contra Fabiola Yáñez bajo las formas de acosos, hostigamientos, controles, indiferencia, insultos, culpabilización, destrato, retiro de la palabra, ninguneos y hostilidad”, escribió el fiscal.
En la lista de las pruebas en las que apoyó su pedido González incluyó la información que recabó de los teléfonos de la exsecretaria de Alberto Fernández María Cantero y de Fabiola Yáñez. Además, relató que le tomó declaración a Yáñez, a Cantero, al ex intendente de la Quinta de Olivos Daniel Rodríguez, a Verónica Verdugo (la madre de Yañez), a Tamara Yañez (hermana de la ex primera dama), a la periodista Alicia Barrios y a los médicos presidenciales Federico Saavedra y Leandro Alem.
También, a la esteticista Florencia Aguirre, a Sofía Pacchi, a la niñera Noelia del Valle Gómez y a Cinta Tonietti, que fue ama de llaves de Olivos, entre otras personas.
Se analizaron los registros de ingresos y egresos a Olivos de todo el mandato presidencial y los registros de llamadas telefónicas entre Fernández y Yáñez desde 2016; se incorporó y analizó documentación médica del Sanatorio Otamendi, de la clínica Fertilis, del Hospital Universitario de Madrid y del Instituto de Neurología Cognitiva Ineco.
También se incorporaron fotos y videos aportados por la querella y la defensa; registros de la actividad oficial del Presidente y de la entonces primera dama: actos, conferencias, viajes oficiales. Se realizó un relevamiento de medios de donde se extrajeron otras tantas imágenes, videos y declaraciones públicas de utilidad para la investigación y se agregaron extensos informes psicológicos y psiquiátricos producto de entrevistas de profesionales con Fabiola Yáñez.
De acuerdo a las constancias de la causa, la violencia física “tuvo episodios agudos y luego se convirtió en habitual” ya durante el mandato de Fernández como presidente de la Nación, afirmó el fiscal.
Durante la convivencia de la pareja en la Quinta de Olivos se relataron agarrones del cuello, zamarreos, cachetazos y distintos golpes que provocaron lesiones en el cuerpo de Yañez.
Una de las lesiones imputadas provocó un moretón en el brazo de Yañez por un agarrón o zamarreo de Alberto Fernández dentro del chalet presidencial de la Quinta de Olivos. Una fotografía con esa imagen fue enviada por la entonces primera dama a María Cantero, secretaria del presidente, por WhatsApp, el 12 de agosto de 2021 y fue la que dio origen a esta causa.
La segunda lesión ocurrió entre la noche del 21 de junio y la madrugada del 22 de junio de 2021. En ese momento, cuando la pareja se encontraba en la cama de la habitación principal del chalet presidencial de la Quinta de Olivos, “Alberto Fernández golpeó a Fabiola Yáez en el rostro y le provocó una lesión en su ojo derecho que inició con dolor y enrojecimiento para, luego, ir cambiando su tonalidad -hasta ponerse negro- en los días posteriores”, escribió el fiscal González.
Según las pruebas de la causa, la violencia física, fundamentalmente “en la modalidad del golpe a mano abierta, se hizo recurrente hasta el final del mandato presidencial”, incluso luego de la mudanza de la entonces primera dama del chalet principal a la casa de huéspedes de Olivos, durante 2023, hasta que, finalmente, partió a Madrid. Ese destino fue elegido por Fernández, que supuso que su espacio podía ganar las elecciones de ese año y ser nombrado embajador en España.
Mientras Fabiola Yáñez residía en Madrid, “condicionada económicamente por su agresor”, en medio de anuncios de suicidio, recuerdos de las necesidades de su hijo Francisco, pedidos de ocultar las agresiones físicas para que no fueran noticia y consejos de hablar lo menos posible bajo promesa de que nada iba a faltarle a la familia, la ex primera dama “fue coaccionada para que no denunciara el hecho frente al juez de la causa y, de ese modo, se afectó el trámite de un expediente federal producto de las amenazas del expresidente”.
Al analizar toda la prueba en su conjunto y luego de comprobar el continuo de violencia contra Fabiola Yañez producto de, cuanto menos, ocho años de agresiones psicológicas y físicas sistemáticas, profesionales psicólogas del Ministerio Público Fiscal remarcaron -relató el fiscal- “el desgaste emocional de la víctima y anotaron el impacto en su estado anímico, la voluntad y vitalidad”.
A esto sumaron la existencia de “un fondo emocional depresivo con la predominancia de sentimientos de humillación, vergüenza, soledad, miedo y desconfianza”.
A su vez, la médica psiquiatra presentada por la querella, luego de analizar estos aspectos, concluyó que “se advertían múltiples secuelas de daño psíquico reactivo a situaciones de violencia sistemática y crónica sufridas por Yañez desde hace ocho años en el marco de su relación de pareja”.
Con estos elementos, el fiscal le imputó al expresidente el “debilitamiento permanente de la salud de su expareja a título de lesiones graves, también doblemente agravadas”.
La fiscalía concluyó que “las conductas desplegadas por Alberto Ángel Fernández que se describieron en el dictamen encuadran en los siguientes delitos: i) lesiones graves (art. 90 del C.P.), agravadas por haberse cometido en un contexto de violencia de género y contra su pareja (art. 92 en función del art. 80, inc. 1 y 11, del C.P.); ii) lesiones leves (art. 89 del C.P.), agravadas por haberse cometido en un contexto de violencia de género y contra su pareja (art. 92 en función del art. 80, inc. 1 y 11, del C.P.) reiteradas en dos oportunidades; y iii) amenazas coactivas (art. 149 bis, segundo párrafo, del C.P.); todos los cuales podrían concurrir realmente entre sí (art. 55 del C.P.), por los que deberá responder en calidad de autor material (art. 45 del C.P.)”.
El fiscal tenía listo su pedido de indagatoria, pero esperó hasta ahora porque Fernández lo había recusado. El viernes pasado, Ercolini rechazó el pedido del expresidente para sacar de la causa al fiscal y, una vez confirmado en el expediente, González decidió avanzar. Fernández también había intentado correr del caso al juez, pero la Cámara Federal rechazó su planteo.
González, que tiene delegada la investigación del caso por violencia de género, consideró este lunes que se reunió suficiente evidencia como para avanzar contra Fernández. Si Ercolini lo cita, después de escucharlo deberá decidir si lo procesa.
La causa por violencia de género se inició en agosto pasado cuando Fabiola Yáñez decidió instar la acción y denunciar a su expareja. En julio se supo por los chats de la causa de los seguros que Yáñez le había enviado a Cantero la foto suya golpeada. Pero la exprimera dama no quería avanzar contra su marido. Estos delitos son de instancia privada y para que sean investigados es necesario que la víctima impulse la acción penal. Finalmente, en agosto, Yáñez decidió impulsar el caso ante el juez Ercolini, que delegó la investigación en el fiscal González.
Para la fiscalía, las imágenes de Fabiola Yañez en el chat con Cantero (con un moretón en el ojo) y el mensaje donde la ex primera dama cuenta que fue golpeada por su expareja son claves porque se trata de material “indubitado”, ya que es de 2021, antes del inicio de la causa, y no proviene de un celular de la víctima, sino del de Cantero y se trata de un elemento al que llegó la Justicia en la causa de los seguros.
Además, esta evidencia quedó reforzada por chats posteriores que aportó Yañez. La defensa de Fernández cuestiona al respecto que la ex primera dama no aportó su teléfono, sino que incorporó al expediente actas notariales con mensajes extraídos supuestamente de su celular en España y enviados a la Argentina, sin control de las partes.
Además, la defensa del expresidente, a cargo de la abogada Silvina Carreira, resaltó la resistencia de Yañez a entregar ese aparato a pesar de que en dos ocasiones funcionarios judiciales españoles, a requerimiento de la Justicia argentina, la visitaron para retirar el celular, hacer una copia forense de los datos y enviarlos a Buenos Aires. Yañez se negó, hizo una copia privada y parcial de algunos mensajes, certificó esa información en una escribanía y la envió a Buenos Aires.