Una grave denuncia penal acaba de ser interpuesta contra
el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el director de Cultura y
Educación, Alberto Sileoni, acusados de distribuir material
de contenido sexual explícito en las escuelas.
La denuncia fue formulada por la agrupación La Carlos
Menem, que apunta a la inclusión de obras con “alto contenido sexual y
pornográfico” en el programa educativo de nivel secundario, lo que abre
un debate necesario sobre los límites y el verdadero objetivo de la
educación pública bajo el actual gobierno provincial.
Material
cuestionado: ¿Educación o descontrol?
La denuncia subraya la entrega de textos como "Las
aventuras de la China Iron", de Gabriela Cabezón Cámara, una obra
repleta de descripciones eróticas y explícitas, dirigida a estudiantes
secundarios dentro del programa ATR (Acompañamiento a las Trayectorias
y Revinculación).
Según la denuncia, presentada por Enzo Nicolás Di
Fabio y Adolfo Francisco Morán, en el libro se encuentran “fragmentos de
alto contenido sexual explícito”, inadmisibles en el contexto educativo y
potencialmente configurativos de “corrupción de menores”.
Contenidos inadecuados:
¿Una “educación” sin filtros?
Lo que La Carlos Menem denuncia no es sólo la
distribución de este tipo de material en las aulas, sino la falta de
controles y de criterio de los funcionarios responsables, desde Kicillof hasta
Sileoni, al aprobar estos contenidos para menores.
Con esta denuncia, crece la percepción de que el
gobierno provincial ha priorizado una agenda ideológica por sobre la protección
de los jóvenes, en lugar de ofrecer una educación seria y adecuada a su
edad.
Se plantea la pregunta de hasta qué punto es ético y lícito
exponer a los estudiantes a textos de este tenor en el entorno escolar.
Programa ATR: ¿Un
proyecto educativo o una agenda ideológica?
El Programa ATR fue diseñado, en teoría, para dar
continuidad pedagógica a los jóvenes, buscando fortalecer sus trayectorias
escolares tras el impacto de la pandemia. Sin embargo, la inclusión de
materiales como “Las aventuras de la China Iron” parece reflejar más una agenda
de activismo literario que un enfoque educativo responsable.
En este contexto, se cuestiona la intención del
programa: ¿está verdaderamente enfocado en la educación de calidad o,
por el contrario, busca introducir una visión distorsionada de la literatura y
de los valores a través de contenidos inadecuados.
Desprotección de
menores: una política permisiva
Resulta alarmante que, en el marco de políticas públicas,
el gobierno provincial elija materiales que exhiben escenas sexuales
explícitas. Los críticos señalan que se ha dado prioridad a un adoctrinamiento
ideológico, mientras que la necesidad real de los jóvenes –una educación
sólida y orientada al desarrollo académico y ético– se deja de lado.
En lugar de reforzar conocimientos esenciales, se
les brinda material que incluso en el ámbito adulto genera debates. Esto
plantea una duda sobre si se trata de una negligencia deliberada o una política
de descontrol generalizado.
Las políticas de
Kicillof bajo la lupa
El gobernador Kicillof y el equipo de la Dirección de
Cultura y Educación se enfrentan así a una crítica fuerte y
justificada sobre las decisiones y controles dentro de la educación provincial.
¿Por qué permitir que contenidos de este tipo lleguen a
manos de menores? ¿Dónde queda la responsabilidad de un Estado que, en
vez de proteger la integridad de los jóvenes, les da acceso a obras con escenas
que claramente no son apropiadas para el ámbito escolar?
El silencio de Kicillof y su equipo en torno a este
tema sólo intensifica las críticas y las sospechas de desinterés en la
formación adecuada de los estudiantes.
La censura y la
responsabilidad del Estado
Es común que se invoque la libertad de expresión para
justificar la inclusión de todo tipo de obras en los programas
educativos, pero el caso actual revela un uso irresponsable de este
principio.
La libertad en la literatura y el arte tiene sentido en el
ámbito adulto, pero la escuela debería ser un espacio regulado,
donde los materiales estén debidamente seleccionados para cada etapa de
formación.
La denuncia expone que la administración Kicillof parece
haber dejado de lado esta responsabilidad fundamental, permitiendo que
obras inapropiadas formen parte de la currícula sin criterio alguno.
¿Qué dicen los padres y
los docentes?
Muchos padres han manifestado su preocupación ante esta
situación, señalando que el material seleccionado por el programa ATR no
representa los valores que desean transmitir a sus hijos.
La denuncia no sólo se orienta hacia los responsables
políticos sino también hacia los efectos que este tipo de contenidos puedan
tener en los estudiantes. Desde la perspectiva de los padres, resulta
evidente que las autoridades han dejado de lado la protección de los menores,
imponiendo en su lugar una agenda ideológica.
Una gestión
irresponsable en la educación
La denuncia penal contra Kicillof y Sileoni plantea un debate
urgente sobre la responsabilidad de los gobiernos en la selección de contenidos
educativos y la protección de los estudiantes.
La inclusión de textos con contenido sexual explícito es una
muestra alarmante de cómo el gobierno provincial ha ignorado su rol fundamental
de control y resguardo de los menores. En lugar de cumplir con su
responsabilidad, parece haber optado por imponer una agenda cuestionable en
las aulas, relegando el verdadero objetivo de la educación.