-Creo que Milei está de viaje…
-¿En dónde?
-Está en Tucumán…
-No, no… Está en Córdoba.
-Ok, sigamos…
Nota del editor:
No nos den pescado podrido, LE HICIERON UNA TRAMPA a Victoria Villarruel y la quemaron. El gobierno se mueve en 2 áreas bien definidas en las que no acepta competencia interna, la Económica (Javier) y la Política (Karina y Santiaguito) Victoria al pedir la expulsión de Parrilli quitó lauros y méritos a Karina que no lo soportó. Así terminó de armar la celada y encima los tontos ahora alegan que la firma del Traspaso de Mando es una mera formalidad Entonces que tanto barullo hacen por una firma formalmente sin relevancia.
NADIE PUEDE CREER QUE EL RELEVO DEL PRESIDENTE NO ES NECESARIO QUE ESTÉ FIRMADO ANTES DE AUSENTARSE. Podría haber sido invalidado de las dos maneras, con firma tardía o sin firma. La panadera destruye la imagen política de Victoria porque no soporta que una mujer inteligente compita en el rubro político. El mérito de la propuesta de expulsión de Parrilli es de Victoria, aunque no le guste.
Las intrigas de Karina debilitan los principios de la verdad y libertad.
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Eran las 15 y el Senado estaba en el cuarto intermedio de la sesión especial que tenía que definir si el entrerriano Edgardo Kueider era expulsado del cuerpo. En la conversación participaban Victoria Villarruel y un puñado de senadores. Nadie mencionó que el viaje del Presidente era, en rigor, al exterior del país (a Italia). Nadie aludió a la irregularidad que pesaba sobre la sesión presidida por la vicepresidenta, que a esa hora tenía que estar a cargo del Poder Ejecutivo.
Más de tres horas después, con Kueider ya expulsado de su banca, la Casa Rosada dejó trascender que la sesión era plausible de ser impugnada porque Villarruel no tendría que haber estado al frente del Senado con Milei fuera del territorio nacional. La tropa de tuiteros libertarios salió al unísono a instalar el tema en X (exTwitter). Y un senador de La Libertad Avanza, el riojano Carlos Pagotto (que obedece a los Menem), deslizó que se podía solicitar la nulidad. “Tendría que haberse hecho un acta de traspaso de mando. Ni bien se firma el acta, ella cumple otras funciones. Ahora tendrán que dilucidar quién tiene la responsabilidad”, soltó Pagotto en LN+ el jueves a la noche.
Al día siguiente, el propio Javier Milei cuestionó la sesión: fue “inválida”, dijo, en una entrevista con El Observador desde Roma. Y amplió: “Se podría hacer [la sesión] nuevamente, porque dados los números está claro que todos queremos a Kueider afuera”.
Según confirmaron fuentes del Gobierno a LA NACION, sin embargo, La Libertad Avanza no va a pedir la nulidad de la sesión en la que se resolvió desplazar a Kueider. Sería como tirarse un tiro en el pie: el único responsable de la irregularidad fue el propio oficialismo. Los libertarios no pueden hacer un planteo porque estarían admitiendo una acefalía.
El escribano general de la Nación, Martín Rodríguez Giesso, firmó el acta de la salida de Milei del país pasado el mediodía, pero se apersonó en el Senado para que Villarruel firmara el acta haciéndose cargo del Poder Ejecutivo cerca de las 19. Es decir, después de la votación. Fuentes oficiales aseguraron que ese “gap” es “habitual”, porque la rúbrica del acta es una mera formalidad. Para el Presidente, sin embargo, la secuencia invalidó la sesión en la Cámara alta.
“Esto fue Veep, no House of Cards”, ilustró un importante colaborador en Balcarce 50. Se refería a la sátira política que protagonizó la actriz Julia Louis-Dreyfus, en contraste con la oscuridad del poder de la saga de Frank Underwood. El ejemplo buscó ratificar que no se trató de una situación orquestada ni una jugada maestra sino de una “desprolijidad” (¡?) y que nadie en la Casa Rosada se dio cuenta de la supuesta acefalía durante la sesión. “Yo caí después”, aseguró un ladero de Milei.
Lo hayan sabido en todo momento, o no, lo cierto es que hacia el jueves la noche el Gobierno usó el tema, instaló públicamente que la sesión era plausible de nulidad y logró empastar la situación. Finalmente, fue el propio Kuieder quien presentó un pedido de amparo en la Justicia para cuestionar la legalidad de la sesión que lo removió del cargo.
La Casa Rosada celebra cualquier hecho que demore una resolución: si la expulsión de Kueider se formaliza, en su banca asumiría Stefanía Cora, militante de La Cámpora. Es decir que Unión por la Patria quedaría con 34 senadores, a tres del quorum propio. No solo eso: el radical Víctor Zimmermann pidió licencia para asumir como ministro en el gobierno provincial de Leandro Zdero en Chaco y ahí La Libertad Avanza perdió otro posible aliado. “Con ese panorama se termina el Senado para nosotros el año que viene”, advirtió un colaborador del oficialismo.
La sesión del jueves, en tanto, agravó severamente la crisis entre el Presidente y su vice. Primero, cerca de los Milei hicieron trascender que la vicepresidente mintió: dijeron que ella supo en todo momento que el jefe de Estado partía hacia Italia al mediodía, pero que igual presidió la sesión en el Senado. No solo eso: en Balcarce 50 filtraron un presunto chat privado con la secretaria personal de la vice, Guadalupe Jones, del martes a las 8.36 (48 horas antes de la sesión). Allí se le informaba que el jueves Milei viajaría a Roma y se le adjuntaba una resolución de la Casa Militar con los detalles del periplo.
El jueves, pasadas las 11, el vocero presidencial Manuel Adorni dio una conferencia de prensa anunciando el viaje presidencial.
En el Senado juraron que Villarruel no sabía fehacientemente que el jefe de Estado no estaba en el país durante la sesión. Y dijeron que al momento del anuncio de Adorni ella estaba en el recinto, y no mirando la televisión. “En todo caso, el escribano tendría que haber venido de Aeroparque al Senado a firmar el acta de traspaso de mando. Pero vino siete horas después”, señalaron cerca de la vice. “Acá nos tildan de traidores por estar, por no estar; nos tratan de traidores por existir”, se lamentaron cerca de Villarruel.
En su entrevista desde Roma con El Observador, Milei apuntó hacia Villarruel y la expuso como nunca antes. “Lo que puedo notificar y verificar es que Villarruel fue informada. Se le comunicó que iba a estar de viaje el martes. Estaba informada 48 horas antes de la sesión. La Escribanía General de la Nación interactuó con la secretaria de Villarruel. El jueves que viajé, Adorni confirmó que yo estaba viajando a Italia. Eso fue diseminado por todos los medios. Cuando yo termino de firmar, el escribano general de la Nación la llamó a Villarruel y como no contestaba le escribieron a la secretaria y tampoco contestó”, lanzó el jefe de Estado.
En el gabinete había sorpresa por la virulencia de la confrontación con la vice. Consultados por LA NACION acerca de si la Presidencia profundizará su embestida contra ella o tomará alguna medida, cerca de los hermanos Milei respondieron: “No, que se ocupe la Justicia”.
Otros sectores del oficialismo fueron menos duros con Villarruel. “Victoria trabajó para que lo de Kuieder fuera una suspensión y no una expulsión. Ella quería lo mismo que la Casa Rosada porque es la más interesada en evitar que el Senado quede bloqueado el año que viene”, aseguró un senador libertario que fue testigo de los movimientos de la vice.
En Balcarce 50 había desazón por el resultado de la sesión. Sobre todo, porque el Gobierno quedó atrapado por una movida impulsada por el kirchnerismo y tuvo que votar a favor de la expulsión de Kueider, cuando lo que pretendía era imponer la vía de la suspensión para no perder una banca aliada en manos de La Cámpora.
Ahora, en la Casa Rosada, amenazan con hacer planteos disciplinarios contra todos los legisladores nacionales con causas judiciales abiertas. Es una idea que, por ahora, solo se desplegó en el plano discursivo, pero no se formalizó en el Congreso. En las últimas horas, con la venia del asesor presidencial Santiago Caputo, la cuenta de “Las Fuerzas del Cielo” -el “brazo armado” de Milei en el campo de batalla digital- publicó un flyer en redes sociales con un listado de 28 senadores opositores que deberían ser “destituidos” por estar bajo pesquisa judicial.
“Vamos a intentar ir contra todos los que estén en la misma situación de Kueider; casi con seguridad”, soltó este vierne un ladero del Presidente en la Casa Rosada. En las Cámaras, el oficialismo ve poco pausible que pueda avanzar una movida de esa magnitud. Martín Menem, en Diputados, viene advirtiendo puertas adentro que no hay clima para que el Gobierno empuje una sesión especial fuera del período ordinario. De hecho, es uno de los que consideran que no hay un escenario favorable para convocar a sesiones extraordinarias con una agenda de temas que son de interés del Poder Ejecutivo.
Un senador libertario opinó en el mismo sentido: “No tenemos chances de ir contra todos, por ahora es dialéctico. En todo caso podemos elegir pegarle a dos o tres figuras fuertes, como intentamos hacer con (Oscar) Parrilli”.
En rigor, la gestión de Milei no está de acuerdo con la politización de los asuntos judiciales. Y no siente como propia la agenda de la anticorrupción. Pero los acontecimientos de las últimas semanas lo obligaron a hacer algo en lo que no creía.
De la fallida sesión de “ficha limpia” para acá, el Gobierno navega en una agenda que le queda incómoda. Milei le encargó a Alejandro Fargosi un proyecto superador al que había presentado Pro y el abogado constitucionalista le presentó su versión mejorada al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Pero este propuso hacer “una comisión” para seguir analizando la iniciativa y el tema quedó en un limbo.
Luego, la Casa Rosada anunció que impulsaría un proyecto para acotar el alcance de los fueros parlamentarios (una iniciativa más emparentada con el relato contra los “privilegios” propio de los libertarios). Pero no hubo convocatoria a las sesiones extraordinarias y ese tema también naufragó.