Ante una consulta de LA NACION, Poderti, de 49 años, dijo estar “shockeado” por la decisión del juez Canicoba. Sostuvo que ya instruyó a sus abogados defensores a presentar la apelación del procesamiento y que espera revertir la situación en la Cámara Federal de San Martín.
“Voy a dar la batalla que tenga que dar. Es una decisión prematura [la resolución del procesamiento]. No hicieron ninguna medida probatoria de las que solicité”, sostuvo el juez Poderti.
El faltante de las monedas se detectó el 9 de abril pasado, cuando Poderti ya cumplía funciones en el TOF de Mar del Plata. Como secretario penal del Juzgado Federal N°2 de San Isidro, a cargo del juez Lino Mirabelli, tenía las llaves de la caja de seguridad y la autorización para ingresar.
Durante la investigación, a partir de los registros de la entidad bancaria y filmaciones, se determinó que Poderti ingresó 19 veces en el sector de cajas de seguridad. En el tiempo que se desempeñó como secretario, el actual magistrado fue la única persona que tuvo acceso a la caja de seguridad.
Poderti fue indagado el 22 de agosto pasado. “No tengo nada que ver con el faltante de las monedas y desconozco quién pudo haberlas tomado”, sostuvo el imputado.
El juez es defendido por los abogados Gastón Marano y Alejandro Bisbal. Poderti reconoció haber ingresado en la caja de seguridad 844 de la sucursal San Isidro del Banco Nación, donde estaban depositadas las monedas y otros objetos de valor secuestrados durante la investigación, pero afirmó haberlo hecho en “un exceso de celo profesional para resguardar documentación, papeles de trabajo muy sensibles” que estaban bajo su conocimiento.
Según el expediente judicial, las monedas de oro, que corresponden a cinco denominaciones distintas y con procedencia de origen de distintos países, desaparecieron en una fecha incierta entre el 26 de diciembre de 2019 y el 9 de febrero de 2023. Eran propiedad de Rodolfo Tamborini, que terminó absuelto por la Justicia.
En su indagatoria, Poderti enumeró “las razones o motivos” por los que, afirmó, no cometió el robo por el que está acusado. “En primer lugar, soy un funcionario honesto, lo he sido durante los 31 años de carrera judicial que tengo en mi haber. Me preparé durante todo ese tiempo para alcanzar y honrar el cargo que hoy ostento. Desde esa mirada sería absolutamente absurdo y casi burdo haber dejado evidencia que me conectaba directamente con ese robo. En segundo lugar, no hay ninguna explicación razonable por la cual alguien que tiene acceso a todas las monedas, si el objeto era robar, dejara algunas. No se explica robar una parte y dejar otra, entre las que se hallaban elementos de mayor valor como, por ejemplo, lingotes de oro, un reloj marca Rolex y algunos anillos”, dijo.
El faltante fue descubierto el 9 de abril pasado cuando Matías Pietronave, que cumplía funciones como secretario penal del juzgado conducido por Mirabelli, fue a la caja de seguridad.
“Una semana después de esto, concurre el doctor Mirabelli con Pietronave a constatar lo que ya estaba constatado. Si bien no tengo ningún elemento de prueba ni sospecho de la honorabilidad de estos funcionarios, reitero que yo no robé ninguno de estos efectos. En ese marco, solicito que se investiguen todas las líneas e hipótesis que pueda haber. Tengo 31 años de ejercicio en esta actividad judicial y nunca vi que se investigara una sola hipótesis”, afirmó el magistrado imputado.
Por Gabriel Di Nicola